Corta y dominante trayectoria, así la historia del campeonísimo Ángel “Zapopan” Romero

Por Erika Pérez Beltrán

Originario de la sierra de Zacatecas, Ángel Romero Llamas, mejor conocido como “El Zapopan” curiosamente ni siquiera era de Zapopan pero sin dudas se ganó el sobrenombre a pulso. Y es que, se volvió una figura pródiga y emblemática de esa tierra jalisciense, por tantas y tantas victorias en su vida deportiva, en la que se le recuerda como uno de los más grandes ciclistas de todos los tiempos, así como en el ámbito empresarial y hasta político. Fue presidente municipal de aquellos rumbos en dos ocasiones, además de regidor y diputado federal. ¡Nada más!

Quién iba a pensar que aquel pequeño que llegó a Zapopan a los tres años de edad, se convertiría en un pedalista fuera de serie y casi casi invencible en su corta carrera sobre los pedales.

De orígenes humildes, desde los seis años Ángel buscó trabajo para contribuir a la economía familiar; así, fue cargador de agua, albañil, vendedor de paletas y  de semillas. Luego, en busca de mejor fortuna, a los 13 años intentó en la Ciudad de México como mozo y después como empleado en una panadería. La suerte no estuvo de su lado o eso parecería ¡y qué bueno! porque tuvo que volver a Zapopan tras dos años de penurias en la capital del país para encontrarse poco después con la bicicleta.

Trabajar durante la niñez y adolescencia solo le permitió estudiar hasta tercero de primaria, ya de adulto pudo concluir la educación básica y hasta el bachillerato.

¿Por qué le apodaban ‘Zapopan’? Resulta que a los 15 años, en su primera carrera, Ángel quedó segundo en una competencia celebrada en Guadalajara con motivo de la Independencia de México. Para sorpresa de todos, fue segundo y corriendo con una bicicleta de trabajo o turismera ante un pelotón con bicicletas sport. Por esa inesperada actuación, lo invitaron al Club Deportivo Guadalajara pero como no sabían su nombre y él había sido el único pedalista de Zapopan, pues le decían: “ey tú, Zapopan”. Y de ahí pal real…

A los 16-17 años participó por primera vez en un Campeonato Nacional ¡y ganó! En 1953 logró su segundo Nacional, por ahí de los 21 años y se retiró a los 22. Sí, leyó usted bien, a los 22, tras haber ganado cuatro Vueltas México de manera consecutiva (de 1951 a 1954). En total participó en cinco, pero la primera no la terminó a causa de una caída que lo obligó a abandonar.

Se retiró en su mejor momento quizá, y se dedicó entonces a entrenar a su concuño Rafael Vaca, otro ‘monstruo’ del ciclismo mexicano. El dominio continuó ahora con Vaca pues fue él quien ganó las dos siguientes Vueltas bajo la supervisión del “Zapopan”. Increíble historia.

Tras su retiro en 1954, Ángel Romero se casa dos años después con María Elba Romero, con quien tuvo 12 hijos. Tres de ellos ya murieron. Su esposa resultó igual de voluntariosa y echada pa’ delante que él (bien dicen que Dios los hace y ellos se juntan) pues empezó a vender comida en una cenaduría. El trabajo de ambos los llevó a poner restaurantes, varios. Una pareja de éxito y ejemplar sin lugar a dudas.

Don Ángel emprendió la fuga el 21 de septiembre de 2007 a causa de cáncer, le sobreviven 9 hijos. Su esposa falleció el año pasado.

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