Hoy se cumplen 50 años de una de las tragedias más grandes en la historia del ciclismo de este país: la muerte de Radamés Eliud Treviño Llanas. Un hecho que enlutó a la comunidad ciclista de aquel entonces y que sigue estando presente en la mente de muchos que recuerdan año con año tan lamentable accidente porque se fue más que un ciclista extraordinario, se fue un amigo, uno de los suyos.
Era un 12 de abril, pero de 1970, Radamés estaba teniendo una temporada maravillosa. Tenía apenas 24 años de edad y ya había puesto en alto el nombre de México en justas internacionales.
Ese trágico día, un automóvil le arrebató la vida en una competencia de ruta, a la altura de Calpulalpan sobre la carretera a Veracruz, y terminó casi instantáneamente con la vida del regiomontano que en ese entonces defendía los colores del mítico Windsor de Odilón Rojas. Hay quienes aseguran que el error fue del propio Treviño quien se abrió demasiado.
Originario de la colonia Nuevo Madero en Monterrey, Radamés Treviño fue un ciclista con históricos resultados en Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos, en la modalidad de los 4,000 metros de Persecución individual y por equipos.
Además fue el primer mexicano en apropiarse de un récord mundial. Treviño implantó la marca de la Hora, en el Velódromo Olímpico Agustín Melgar en la Ciudad de México, impulsado por quien fue su entrenador, el no menos añorado Luigi Casola.
Fue famosa su rivalidad con el colombiano Martín Emilio “Cochise” Rodríguez.
Sus amigos, familiares y admiradores lo mantienen vivo en su mente y corazones aunque han pasado 50 años ya de su partida.