El Halcón de Huamantla emprendió su último vuelo

*De las turismeras a coequipero de Greg Lemond en un año, ese fue Miguel Arroyo.

Por Erika Pérez Beltrán

Huamantla, Tlaxcala, México entero, le debe a Miguel Arroyo ser conocido y reconocido en los pelotones del ciclismo de ruta a nivel mundial.  El legendario ‘Halcón de Huamantla’ se escapó, escaló como solo él sabía hacerlo a un lugar mejor, muy alto, y seguirá siendo inspiración de muchos aunque ya no lo hará de manera presencial.

Fernando Miguel Arroyo Rosales falleció este jueves 30 de enero, a los 53 años, en un hospital de Puebla al que llegó para ser intervenido por un tumor cancerígeno. Su partida nos dejó helados a todos pues pocos sabíamos de su estado de salud. Era  muy reservado,  hablaba poco.

Se fue el extraordinario ciclista,  orgullo tlaxcalteca. Se fue el mentor, la guía, el promotor incansable del ciclismo de sus amores. Se fue el campeón, el amigo, el padre.

De origen humilde, campesino, llegaba a sus primeras carreras con bicicletas compradas en tiendas departamentales, pesadas, y ese no fue impedimento para sobresalir e impresionar a propios y extraños.

Fue en 1988, durante una  Vuelta México,  que apareció ese tremendo escalador, desconocido, que al año siguiente ya era gregario de Greg Lemond y corría su primer Giro de Italia.

Bautizado así por el periodista Luis Villicaña, Miguel Arroyo corrió las tres grandes, estuvo en dos Giros de Italia (1989 y 1991), en dos Vueltas a España (1992 y 1995) y en tres Tours de Francia (1994, 1995 y 1997).

Fue subcampeón de la Vuelta México de 1990. Después, en 1991, se quedó con un cuarto sitio en el Tour de Suiza, fue 25 en la general de la ‘Corsa Rosa’ y 20 en el Campeonato del Mundo en Stuttgart, celebrado sobre 252.8 kilómetros. Ese día Miguel entró a solo 11 segundos del ganador Gianni Bugno, de Italia, que se impuso con tiempo  de 6 horas, 20 minutos y 23 segundos. Sin duda, ese  fue uno de sus mejores años.

En los años 90 corrió Vuelta al País Vasco, La Fléche Wallonne, París-Niza,  Criterium du Dauphiné, entre otras.

Su palmarés es extenso. Entre sus victorias más importantes en América Latina están las de la Vuelta México 1998 y la Vuelta a Costa Rica en 1999.  Fue campeón nacional en el 2000 y subcampeón en 2001.

Estos últimos años los había dedicado a entrenar ciclistas, entre ellos a sus hijos, organizaba algunas competencias y participaba en otras. Hacía campamentos de entrenamiento en Huamantla.

Todavía  lo vimos correr en Zacapu el año pasado, fue el padrino de Soy Ciclista Mx pues fue quien nos concedió la primera entrevista en vivo el 20 de enero de 2019. Al parecer, su última prueba fue el Gran Fondo Nueva York, de Cozumel, en diciembre.

Quien escribe, se siente honrada de haberlo conocido y como muchos de ustedes, lamenta profundamente su ‘escapada’.

Lo último que sabemos, es que mañana 1 de febrero  habrá misa  de cuerpo presente y que en su natal Huamantla será homenajeado el próximo viernes  7 de  febrero, al mediodía, en el gimnasio de la Unidad Deportiva que lleva su nombre.

Es una pena la partida  de Miguel, porque  además de su calidad como ciclista, fue un hombre muy admirado y muy querido.

Hasta siempre Fernando Miguel Arroyo Rosales ‘Halcón de Huamantla’ (6 de diciembre de 1966-30 de enero de 2020).

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