Por Erika Pérez Beltrán
Exitosa, bonita, enfocada, amable, perseverante, ¡campeona! y profesional, le pagan por hacer lo que ama; ¿cuántas así? Ella es Brenda Andrea Santoyo Pérez, pedalista del Swapit Agolico, único equipo profesional femenil por América Latina ante la UCI (Unión Ciclista Internacional).
“Si yo pude hacerlo, otras (y otros) también podrán si se lo proponen y salen de su zona de confort”, dice la actual campeona nacional de ruta y subcampeona en contrarreloj quien nos regaló unos minutos para conocerla un poco más.
Originaria de Aguascalientes, orgullosamente mexicana, con aprendizajes suizos y con un profundo amor hacia Colombia y su gente, Brenda Santoyo ha destacado tanto en pista, montaña y ruta pero ahora se encuentra mentalizada y clara que es en el ciclismo de carretera en donde quiere estar.
¡Qué clase al pedalear de la hidrocálida! es un comentario generalizado en México y en América en donde su nombre es temido y respetado. Y cómo no, si la temporada anterior fue cuarta en la clasificación Sub 23 en Gila, ganó la Vuelta a Yucatán, fue tercera en la Vuelta del Centro, ganó etapas en Guatemala, Costa Rica y ¡Colombia!
Cerró el 2018 en la Vuelta a Costa Rica como subcampeona Sub 23, ganando la clasificación de montaña, tercera por Puntos y cuarta general. Antes, en Colombia, en septiembre, fue campeona Sub 23 y por Puntos y quinta en la clasificación general. Brenda inició la ronda cafetalera sorprendiendo a todos al ganar la etapa inaugural y vistiendo de líder dos etapas. En la Vuelta a Guatemala fue subcampeona Sub 23 y séptima general.
Con el Swapit Agolico compitió también en California y hasta en China. Este año ya pedaleó en Australia, en enero. La lista de logros deportivos es amplia, luego de ocho años de ciclismo a nivel competitivo. Y eso que anímicamente no estaba muy bien.
“El 2018 fue un año complicado. A finales de 2017 caí en depresión por fatiga deportiva y algunas lesiones. Luego entré al equipo y poco a poco fui mejorando conforme se daban los buenos resultados. Llegué a sentirme tan mal, que no salía a ninguna parte y hasta quería dejar el ciclismo. Ahora me siento muy bien, no al cien, pero sí a un 95 por ciento”, platicó Brenda en el lobby del Hotel San Antonio, en su natal Aguascalientes, donde realizamos la entrevista.
La campeona nacional inició a los siete años en el deporte, pero no en ciclismo, practicaba natación e iba con sus papás a algunos paseos en bicicleta “A mi papá le encanta el ciclismo y yo un poco por llevarle la contraria no quería. Luego me fue gustando. Yo hacía más MTB hasta que en el 2011 empecé a hacer pista y luego ruta cuando empecé a trabajar con Israel Mata en el Instituto del Deporte”.
El 2013 fue un año importante para Brenda, pues ganó el Panamericano de Ruta que se hizo en Zacatecas. “Ahí decidí que quería ser ciclista profesional de ruta y empecé a desear representar al país en competencias importantes. Estaba muy contenta porque había sido un circuito muy duro, mucha subida y estábamos contra colombianas que suben muy bien”.
Y lo logró, es de las contadas ciclistas latinoamericanas que cobran un salario. “Dejé la montaña porque en la ruta vi más futuro, vi más posibilidades de encontrar un equipo; creo que en el MTB es más buscar patrocinios individuales y lo que yo quería era vivir de esto y salir a otros países”, platicó.
“Aunque aún falta, cada vez hay más oportunidades para las mujeres pero eso es gracias a la lucha de varias que pedalearon antes buscando mejorar la situación”
En general, a Brenda le queda claro que hay muchas trabas en el camino, en lo que hagas (trabajo, escuela, familia) “pero pueden más las ganas de salir adelante. Si realmente quieres hacer algo, debes tener un objetivo claro e ir tras él venciendo los obstáculos. En mi caso tuve el apoyo de mis papás al principio de mi carrera, aunque ellos querían que yo siguiera estudiando, hasta que un día me dijeron: si esto es lo tuyo, aprovéchalo porque oportunidades como estas, no hay”.
Juntas mejores, dicen en el Swapit Agolico
“Es lindo ver que en otros países nos ven con mucho respeto y llegamos como favoritas. Eso sucede porque somos realmente un equipo en el que cada una pone un granito de arena y los éxitos son de todas y de todos. Porque nosotras le damos a la bici pero el equipo somos nosotras y el director técnico, el entrenador, el médico, el masajista, el mecánico, el nutriólogo, el psicólogo. Para que esto funcione es porque hay un trabajo de varias personas”, dijo.
Y nos contó de la Vuelta a Colombia, todo un suceso ir allá y ganarle a las locales: “llegué a esa carrera con la expectativa de hacer un buen papel para el equipo y para el país pero no pensé que fuera a ganar la primera etapa y ser líder general. Por supuesto que preparé esa Vuelta con toda el alma pero sabía que tenía rivales muy fuertes y que por eso era muy complicado. Además, algunas corredoras ya me conocían así que no me iban a dejar hacer mucho.
“Cuando gané, me dio mucha alegría cuando los organizadores y directores de la federación colombiana me dijeron que yo era la primera mexicana en haber ganado algo en su país.
“En Colombia la gente ha sido tan linda conmigo. Desde juvenil me han cuidado y querido, me he sentido muy en casa, a veces con más apoyo que en mi propio país y yo les estoy muy agradecida por ello”.
Antes del Swapit Agolico, Brenda Santoyo estuvo tres años en Suiza, “llegué ahí por una invitación de la UCI a su Centro de Formación. Por mis buenos resultados en 2013 y 2014 me becaron al cien por ciento. Yo sólo pagué mi vuelo porque hasta me daban para mis gastos personales allá. Yo sé que la UCI invita a estos Training Camps a varios mexicanos, pero no todos lo aprovechan.
“Yo creo que esa es una de las razones por las que no hay más ciclistas destacando a otros niveles; no todos están dispuestos a salir de su zona de confort y para hacer algo en el ciclismo, hay que salir porque en México no hay tantas carreras. Los ciclistas necesitamos fogueo internacional, arriesgarnos y dejar la comodidad para lograr un sueño”.
Contó que además tiene algo a su favor que la ha hecho conseguir buenos resultados: “cuando empiezo a competir me olvido de todo y me enfoco solo en la carrera. Me desconectó por completo, no sé si sea un don, no sé como logro concentrarme a pesar de los problemas pero lo hago y me transformo para bien, para ganar”.
Sin embargo está consciente de que tiene un área de oportunidad, “debo mejorar en la contrarreloj. Me exijo mucho y el querer hacer las cosas perfectas a veces me causa nervios. La gente no tiene idea del esfuerzo tan grande al que se somete tu cuerpo en una contrarreloj, sabes que vas a sufrir y hasta a terminar vomitando. Hay veces que todavía ni lo hago y ya me duelen las piernas.
“Platicábamos en el equipo que el dolor también se entrena. En la ruta tienes momentos y puedes flaquear y quizá recuperarte, pero en la contrarreloj no es así, tienes que explotar para ganar”.
En cuanto al ciclismo, Brenda tiene esta año como objetivo volver a ser campeona nacional, el Panamericano en Hidalgo y el Tour de California, entre otros. “El equipo y yo queremos seguir sumando puntos para el país, ahora hay dos plazas para Juegos Olímpicos pero no son seguras todavía y si se logra una tercera, sería mejor. Yo quiero ir a Tokio pero si no voy yo y se logra con nuestro trabajo que una mexicana vaya, con eso sentiremos que colaboramos”.
En su vida personal, la pedalista quiere estudiar medicina o algo relacionado al deporte pues sabe que el ciclismo no es para siempre. Por ahora está enfocada en su carrera deportiva pero en un futuro quiere ser médica o empresaria, aún no lo sabe con certeza pero está segura que lo conseguirá porque “cuando me propongo algo, lo logro”, dijo.
Finalmente nos compartió un poco sobre lo que el ciclismo le ha dejado como ser humano: “me ha hecho madurar, pienso las cosas antes de hacerlas o de decirlas, soy más paciente, autosuficiente, y creo ahora que todo se puede. Si yo lo logré, otros podrán si son perseverantes”.
Fotografías: Federación Costarricense de Ciclismo y Federación Colombiana de Ciclismo.